14/6/17

Artista Callejero

Tiempo, la vida está hecha de momentos,
y en los detalles más pequeños siento,
que vale la pena vivir.
Flor Amargo.

El artista callejero, con su acto, junta a la gente, personas anónimas que, por un instante, detienen su andar, desvían su camino o se toman un respiro para poder apreciar lo que está sucediendo. Una persona, dos, diez, treinta y de pronto ya no importa, es un público reunido para apreciar lo que ocurre.

Es entonces cuando suceden dos cosas únicas de esos espacios y momentos:

La primera es que, por fin y por un instante, se deja de pensar en el futuro o en el pasado. Se está en el presente, en el aquí y ahora, lo que sucede. Aquel que tiene mucho futuro o pasado en la cabeza no se detiene, el primero porque intenta ver más allá y el segundo porque no puede ver lo de aquí. Sólo los habitantes del presente se detienen, ya que pueden darse el lujo, porque al parecer eso es, de olvidarse del allá y entonces por un momento, detener su caminar y estar, estar realmente.

La otra cosa que sucede es que, también por un momento, en lo que el artista hace y los demás observan, todos comparten algo en común, sin importar el hecho de que no se conozcan, de que jamás se hayan visto y que jamás se vuelvan a encontrar. De manera fortuita todos forman un grupo, un colectivo con un sólo sentido y propósito, ver y oír, reír, cantar, llorar o aplaudir. De la nada surge un nosotros efímero pero que será de ahora en adelante un común denominador entre decenas de extraños que por puro azar, se juntaron para presenciar el acto del artista.

Finalmente, al terminar el acto, el grupo se disgrega y desaparece el aquí y el ahora, vuelve el futuro y el pasado, así como el yo y el tú. Todo regresa a la normalidad después de aquel pequeño oleaje en el mar de lo cotidiano.


Gracias artista callejero, por devolvernos el presente y el nosotros, algo que parece cada vez más difícil de conseguir en estos días. Y si bien sólo dura un instante, una canción, un suspiro, son esos pequeños detalles que, como estrellas fugaces, hacen de un día cualquiera, un hoy.

7/6/17

Cadáver exquisito III

El presente escrito es resultado de la participación conjunta de Daniel G. y mi persona. Aunque parezca difícil de creer, se transcribe tal cual, sin necesidad de agregar puntuación extra, sólo se ordenó a manera de poema.

Nubes de plata, edificios de espejos, luz de día con brillo peculiar y aura deslumbrante que enceguece momentáneamente, brillo blanco del mármol.

Tierras pálidas hacen una puesta en escena para la mente, distorcionándola.

El artista y sus latas, encerrados en un cartón de jugo ácido que aumenta la temperatura y la incapacidad de discernir.

¿Cuándo el plateado dejó de ser un color futurista? ¿Vendrá a ser mejor? O vendrá a destruirnos.

Sólo queda aguardar expectantes de la promesa de Moisés y la inevitable fatiga a lo contemporáneo.

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