27/2/12

(...)


Este post es pequeño y carente de significado alguno para aquel que lo lea, al igual que para aquel que lo escribe.

¿O no?

“Y que si lo escrito no es lo que realmente se quiso escribir, si no el mejor intento de expresar con palabras lo que las palabras no pueden expresar?”
North Wind.

23/2/12

Ícaro.

Entonces el disco solar te lanza su fuego, lo sabes, tu cara ahora está cálida y una luz rojiza atraviesa la pared que tus párpados forman entre tus ojos y el mundo que te rodea.

Una nube pasa, tapa al disco solar.

Ahora no ves más que oscuridad en tus ojos, y sientes frío en la cara. El aire sopla y barre la nube.

Entonces el disco solar te lanza su fuego, lo sabes, tu cara ahora está cálida y una luz rojiza atraviesa la pared que tus párpados forman entre tus ojos y el mundo que te rodea.

A caso esto fue un déjà vu?

No lo sabes, pero  es hora de bajar la vista al suelo, a donde perteneces y de donde no debiste despegar.

Bueno, tal vez si debiste, pero sin emular a Ícaro.

No importa, una nube tapa el disco solar y sientes frío en la cara. Ahora puedes volar sin que tus alas de cera se derritan. El aire sopla y barre la nube.

Entonces el disco solar te lanza su fuego, lo sabes, tu cara ahora está cálida, pero ahora tus ojos ven tu sombra, proyectada en el piso.

Ves tus alas. Alas con las que pretendes volar de nueva cuenta. Claro, sin acercarte mucho al disco de oro que corona el cielo. No quieres volver a estrellarte contra la realidad.

Tal vez.

Lo piensas, tal vez sea mejor volar tan alto, que tus alas se desprendan, pero que el golpe que recibas sea tan fuerte, que simplemente no puedas volver a volar.

Sí, así es mejor, soñar y elevarse tanto que la caída te impida volver a hacerlo. Estarás muerto. 

Y así podrás soñar para siempre.

11/2/12

El calor del frío.

El calor y aroma del vapor se cuela por tu nariz, huele a frutas, a jamaica… huele a un día frío. Tus manos se entibian al rodear la taza, tus labios se desentumen al sorber el té, y tu cuerpo se reconforta al deslizarlo por tu garganta.

Llueve afuera, hace frío adentro. No te salvas. Pero aún así prefieres el frío. Con este clima, aunque un tanto irónico, disfrutas más del calor. Calor de las sábanas, o de aquel sweater que guardas para estas ocasiones. 

Que bien se siente el calor cuando hace frío. Que bien sabe el té o el café cuando hace frío. Que cómoda esta tu cama cuando hace frío. Que bueno es estar en casa cuando hace frío. Que bien se siente un abrazo cuando hace frío.

Disfrutas tanto del calor del frío, que incluso abres la ventana, para que el gélido viento inunde la recámara, y así, tener una excusa para ponerte más cobijas encima, o para ir por otra taza de té. Decides permanecer acostado, el té es bueno, pero tu cama es mejor.

El sonido de la lluvia te arrulla en tu cálido lecho, las sábanas te abrazan, y la almohada te invita a cerrar los ojos. Tú, aún cuando has dormido muy bien, caes en los brazos de Morfeo, y te deslizas a otro mundo, a otro tiempo. Duermes, arrullado por la lluvia y abrazado por las sábanas.

Que bueno es el calor del frío.

3/2/12

Curiosidad.

Naeolqoq ro ole ee uruanimsnt e teet mettrla qno pná raonutd oteesmtieo res e,aeen etlc ss serd s aor tiiso et rqianmld roeuts opoac.

Realmente importa que dice en el escrito anterior?

A caso habré escrito la receta de la felicidad eterna, la fórmula de una pócima de amor infalible o un conjuro para atraer dinero? O tal vez es una canción de cuna, la receta de un platillo o simples letras al azar. Pero, aún así, seguramente causará curiosidad.

Solo diré que los que leerán las letras no entenderán el mensaje, y los que podrían entender el mensaje, no podrán leer las letras.

Entonces, que importa realmente lo que está escrito si nadie lo puede entender, más que yo, el escritor. Así pues, será el lector quien interprete e imagine su significado, mientras el autor se ríe, sentado a la mesa, de lo que uno u otro cree que dice lo que ha plasmado.

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