Así que usted desea empezar un viaje de autoexploración y conocimiento. Felicitaciones, está un paso más cerca de alcanzar un bienestar más duradero y profundo que al que la mayoría está acostumbrada. Sin embargo, al explorar las profundidades de uno mismo, los abismos de la mete y del espíritu debe usted tener mucho cuidado. El viaje puede ser muy productivo y, definitivamente, vale la pena hacerlo, sin embargo, no debe olvidar los peligros inherentes que acompañan esta actividad.
En primera, puede usted frustrarse dado que no es un viaje de fácil emprendimiento. No es como montarse a un avión o salir a dar un paseo. Es más como aprender a andar en bicicleta, se requiere práctica y ayuda las primeras veces. Pocos son quienes logran despegar a la primera sin caerse a los pocos segundos. Por tanto, no se avergüence si requiere de “rueditas de entrenamiento”, entendiéndose éstas como cualquier elemento que le sirva de apoyo o empujón en su proceso. Tampoco desista a la primera, inténtelo y verá como con cada vez se vuelve cada vez más sencillo.
Otro riesgo que conlleva es que, una vez logrado un pequeño avance, usted se sienta como si fuese el próximo Buda y tenga la imperiosa necesidad de presumirle a todos sus conocidos su nuevo estado de iluminación. No caiga en las trampas del ego y la búsqueda de reconocimiento por parte de otros. Este viaje es suyo y sólo suyo. Esto no significa que no pueda o deba compartir sus experiencias, sólo manténgalo en un nivel socialmente cómodo. No es necesario que, como algunos turistas, compartan cientos de fotos diarias que lo único que hacen es aturdir. Mejor seleccione las experiencias más significativas, aunque esto queda a criterio de cada uno.
Tome en cuenta que este camino no es un camino cómodo y de placer. Está lleno de dificultades y obstáculos. Es más una aventura o una exploración en terrenos desconocidos y peligrosos, así que prepárese para encontrar cosas que tal vez no le agraden. En aquellos pantanos, cuevas y recovecos suelen morar criaturas sombrías que hemos ocultado y alimentado durante años y, cuando son encontradas nos causan sorpresa, temor o enojo. ¿Cómo es posible que hayamos dejado que creciera tanto aquella alimaña? No se preocupe, una vez encontradas no las perderá de vista por un tiempo y es cuando puede continuar con su viaje y encontrar como eliminarlas o desistir, volver a ignorarlas y regresar a la comodidad a la que estaba acostumbrado.
Recuerde, además de ser una exploración, este viaje también puede usarse para realizar una limpieza profunda. Sirve para encontrar eventos olvidados, deshacerse de cargas innecesarias, quitar telarañas, luchar con reflejos y sombras, sacudir el polvo y reordenar lo que se encuentre en el camino. Piénselo como deshierbar y preparar un campo agreste y accidentado para convertirlo en un jardín.
Ahora bien, una última advertencia. Puede que en el camino intente abarcar más de lo que sus capacidades le den, que abra una puerta que luego no pueda cerrar. No se preocupe, es natural e incluso a veces necesario. En caso de verse rebasado, no dude en buscar ayuda, la que más le acomode. Está bien reconocer que ha intentado morder más de lo que podía comer y ahora ni puede escupirlo ni tragarlo. Es doloroso y trae consigo el miedo a la asfixia, pero relájese, respire hondo y contacte a un especialista, que seguro hay como solucionar su situación.
Dicho lo anterior y si usted desea continuar, adelante. Prepare lo que necesite, haga una pequeña mochila, tome libreta y lápiz y láncese al camino. Como se mencionó al principio, es una marcha que vale la pena hacer y sin duda alguna aprenderá mucho.
Buen viaje.
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