15/12/20

(...)

Tal vez no sepa la respuesta correcta, pero puedo sentir que me he equivocado. 
 
En la búsqueda de cambiar las cosas caíste en la trampa de tener que cambiarlas desde adentro. Pero, meterse al laberinto implica perderse, aunque exista la pequeña esperanza de encontrar el camino si se dejan suficientes marcas que te guíen. 
 
Pero quedarse afuera tampoco parece mejor. Al menos adentro tienes la seguridad de no estar solo, tal vez perdido, pero no solo. 
 
Pero… Quedarse afuera ofrece la seguridad de ir a lo desconocido. Quedarse adentro ofrece la esperanza, tal vez falsa, de no perderse. 
 
¿Qué hacer cuando te das cuenta de que te has tragado una mentira, pero que tampoco sabes cuál es la verdad? 
 
Es que ese es el gran mal. No te das cuenta de que te han convencido de que sólo hay una verdad, y ésta es que el laberinto es refugio y el descampado es riesgo.
 
Y tal vez sí, afuera hay fieras y frío. Pero, al menos… 
 
¿Al menos qué?

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