Hola,__! Te escribo para ponerte al tanto de las novedades, ya que hace rato que no te escribo.
Sigo en Christchurch. Finalmente tengo trabajo estable, casa
y amigos que son geniales. Ahora trabajo en una planta de reciclaje, procesando
los escombros del terremoto de hace dos años. Creo que eso ya te lo había
contado, pero bueno. El punto es que recién me pasó algo bien raro.
Me encontré conmigo mismo en la cocina de un sueño o en el
sueño de un sueño donde cocinaba, no lo recuerdo muy bien. Sabía que ese otro con perfos, con ropa que nunca había visto pero que me sonaba
familiar, como algo que usaría, era yo. Un yo de otro tiempo, del futuro. Diez
años, eso me dijo. “Han pasado diez años desde la última vez que nos vimos,
aunque en realidad nos vemos diario, pero... tú me entiendes.” Lo entendí, como
las cosas que se entienden en los sueños. Solo lo sabes, no sabes cómo es que
sabes, pero sabes.
Recuerdo parte de lo que platicamos y a más pasan
los minutos, más se van perdiendo los detalles, por eso quiero escribirte esto,
para no olvidarlo. Si tan solo pudiéramos grabar los sueños, especialmente los
que son importantes. Porque creo que este sueño fue importante, es más, tal vez
no fue un sueño y de verdad me encontré en algún otro plano o dimensión. O tal
vez en diez años domine la proyección astral. Se lo debí preguntar... me lo debí
preguntar.
Los dos estábamos en la cocina, cocinando, obviamente. Yo
estaba haciendo espagueti y él, calabacitas. Que raro, porque no me imagino cocinando
calabacitas, pero quien sabe, el caso es que eso cocinaba él... o yo. Pongámosle
él sabiendo que él soy yo, pero del futuro. Tú entiendes. Él andaba “grifo” (marihuano.
Primera vez que escucho el término). Me ofreció de su pipa, pero como siempre,
no sentí nada. Me dijo que me iba a tardar un poco más en que me hiciera
efecto, que tenía que probarla más veces, pero que no me preocupara, que
faltaba menos de lo que pensaba. Supongo que lo seguiré intentando hasta que
funcione.
Estuvimos platicando de muchas cosas, más que nada de cosas
que él ya no recordaba. Como la vez que quemé el cojín de un banco que tenemos
aquí en la sala por ponerle una olla caliente encima y tuve que ponerle una
playera como forro. Pero después de un
rato se quedó callado y mirándome fijamente. Sonreía mucho y en un punto hasta
se le empezaron a llenar los ojos de lágrimas. Me dijo cosas que voy a intentar
transcribir, aunque no recuerdo sus palabras exactas. Además, hablaba muy raro...
Pero bueno, esto es lo que me acuerdo:
Wey, eres un cabrón. Te estás rifando como no tienes una
idea. Lo presientes, pero aún no eres capaz de comprender lo importante que
está siendo todo esto que estás haciendo. Esto va a abrirte una cantidad de puertas, ventanas, coladeras, bóvedas y almacenes que no te
imaginas. Andar este camino en el que estás ahora es la mejor decisión que has
tomado. Tal vez los sueños que tienes hoy no se materialicen, pero el futuro
que tendrás será maravilloso.
Sé que ahorita te sientes confundido y perdido. Y te lo digo, wey. Vas bien. Vas perfecto. Así como vas. Y en
un punto te darás cuenta de que es la mejor manera de estar, perdido, porque
ese es el único momento donde te vas a encontrar a ti mismo.
Si me preguntas si la vas a seguir cagando, sí y mucho. Vas
a seguir sintiéndote mal, sí, un buen rato. Vas a seguir perdido, confundido,
sí, sin duda. Pero we, todo va a estar bien. Todo va a salir. Vas a encontrar
personas hermosas en el camino, vas a vivir cosas increíbles, vas a crecer como
no tienes una idea. Sí, seguro que mucho de lo que estás viviendo muchas otras
personas también lo han vivido, pero la combinación de experiencias
que estás adquiriendo es bastante peculiar y te va a permitir ver cosas desde
lugares bien distintos.
Por ejemplo, con tus jefes (se refería a mis papás), esto te
va a ayudar a tomar distancia y revalorar tu relación con ellos. Va a cambiar
mucho esa relación y, de hecho, no va a mejorar mucho en los próximos años. Aún
te faltan muchas cosas que trabajar, pero ya, después de que pase tiempo y
distancia, irán asentándose las cosas en su lugar.
No sabes todo lo que te falta por atravesar. Va a ser duro y
va a seguir siendo duro, pero sabrás salir, como siempre. Sin saber muy bien
que chingados estás haciendo, pero caminando sin detenerte, metiéndote donde se
pueda, entre las ramas, aunque salgas raspado, pero siempre pa’delante, como
siempre. E insisto, la vas a seguir cagando, claro que sí. Crees que has
cometido errores? Nambre, los que te faltan! Pero vas a salir, al menos hasta
el momento así ha sido.
Eres un cabrón, we. Neta. No sabes el valor que tienes y te
lo digo como alguien que ha madurado y envejecido. Y no lo digo así como de “ah,
soy tu mayor y sé más que tú”. No. Madurar está de la verga, al chile. La neta
es que ahora me dan más miedo más cosas, pero justo, porque cuando era tú le
jugaba mucho al vergas. Pero justo eso me ha hecho quien soy. Quien serás. No
pierdas la rebeldía, a pesar de que te hagas más miedoso.
Tú sigue así. Y me dirás “como así?” y sé que te enredarás
con tus ideas y tu cabeza y te harás un pinche nudo. Pero we, así somos. Así.
Justo así. Te lo digo, es algo con lo que vas a seguir lidiando un buen rato,
pero poco a poco irás sabiendo manejarlo. Ahí la llevamos, nos ha tomado
tiempo, pero ahí vamos. Mejorando, mejorando.
También, te vas a seguir peleando con tus emociones. Sí,
eres muy sensible, pero no tienes inteligencia emocional. No tienes ni los
conceptos ni las habilidades para dominar todo eso que te desborda. Y ya sé que
vas a salir con un “pero no quiero dominar eso, las emociones se viven, los
sentimientos importa vivirlos...” y demás cursilería romántica que,
afortunadamente, no hemos perdido. Más bien piénsalo como que es un super
poder. Igual tu capacidad analítica que termina enredándote en un perro nudo
indescifrable. Son super poderes que te van a hacer llegar muy lejos, pero que
tienes que aprender a controlar para utilizarlos a tu favor sin lastimarte ni
lastimar a nadie en el proceso. De nada te sirve todo ese poder si no lo sabes
manejar chido. Pero relax, que poco a poco irás hallando la manera.
Pero esto es mucho discurso que seguramente vas a olvidar. Así
que quiero que te quedes con dos cosas (Y esto sí lo transcribo literal, letra
a letra, porque es lo único que recuerdo perfectamente):
Uno. Eres un cabrón, un rifado, un chingón, tienes unos
pinches huevotes que no veas y una buena suerte que parece deus ex machina.
Dos. Las cosas van a salir bien. Al final todo sale bien.
Mucho drama intermedio, al principio y también al final, pero hasta este
momento, todo ha salido bien, mejor de lo que esperaba.
Después de eso, me dijo que le podía hacer tres preguntas y
que él me las respondería.
La primera pregunta la hice sobre nuestra amistad, o sea, tuya
y mía. Él solo se rio y me dijo “Te mamas wey, pero obviamente no podía no preguntarme
eso, verdad? Bueno, pues, pasó lo que tenía que pasar. Tú ya sabes qué va a
pasar, aunque no lo quieras ver. Y justo eso es lo que pasó” La verdad es que
no entendí muy bien su respuesta y actitud. Yo espero que se refiera a que
seguiremos siendo mejores amigos mucho más tiempo.
Mi segunda pregunta fue sobre Larisa y me dijo “Vívelo a
tope. Húndete hasta el fondo, pero sal a respirar a tiempo”. No entendí muy bien y tampoco fue muy
alentador, la verdad.
Mi tercera pregunta fue si había algo importante que tuviera
que saber o un consejo o algo y me dijo “No. Lo que tienes que saber, ya lo
sabes y lo que aún no sabes, no estás listo para saberlo”.
Luego me dijo que ya se tenía que ir. Que la vida de adulto irresponsable
(así lo dijo él) lo llamaba de regreso y que el “trip” (viaje, supongo) ya no
le iba a dar para más. Me dio un abrazo y me dijo “estoy muy orgulloso de ti y
de quien fui” y salió de la cocina con su plato de calabacitas y su pipa.
Fue raro, pero a la vez fue bastante agradable. Me sentí cuidado.
No sé cómo explicarlo. Pero verme así, feliz, diferente pero igual, recibirme
así... no sé, fue lindo, sabes? Supongo que también me siento orgulloso de ver
en quién me voy a convertir, si es que llego a ser él. Te digo, creo que fue un
sueño importante o tal vez no fue un sueño, no lo sé. Pero espero un día verme
así, sentirme así, ser así. Quién sabe qué me pasó, pero quiero vivirlo. Aunque
no sé si de verdad voy a poder hacerlo. Tal vez solo fue eso, un sueño. En
realidad, no creo que llegue a ser él, o como él, pero bueno, si tiene razón, entonces
voy bien, supongo.
Pero bueno, hasta aquí mi carta de hoy. Espero me cuentes
como has estado, hace mucho que ya no me escribes ni respondes las cartas que te escribo.
Abrazos desde el fin del mundo. Te quiero __!
NW.
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