13/8/12

Avena y té.

Odio comer avena…

En verdad odio comer ese engrudo espeso y pegajoso que se digna a llamarse “desayuno”. Por más rápido y económico que sea, odio comer avena.

Le puse azúcar, le puse leche, le puse incluso chocolate. Alguien me dijo que le pusiera queso, que al menos así sabía a algo. Odio comer avena.

Y es nutritiva, es bastante barata, es rendidora, es llenadora, incluso podría decirse que es saludable. Pero odio comer avena.

Insípida como ella sola. Líquida si está demasiado caliente. Cemento si se enfría. Odio comer avena.

Gastar leche para que se licue. Gastar azúcar para endulzarla. Gastar tiempo en cocinarla. Odio comer avena.

Pero es gratis. No me he visto en la necesidad de comprar avena. No me da hambre hasta después de un rato. E incluso pienso al despertar “hoy desayunaré avena”. Nunca he desayunado avena, hasta ahora. Y odio comer avena.
Amo tomar té…

En verdad amo tomar ese líquido humeante y relajante que algunos simplemente desprecian. Por más “nena” que sea, amo tomar té.

Negro, verde, frío, tibio o caliente. Incluso combinando sabores, como verde con menta. Amo tomar té.

Y tiene muchos beneficios, hay una enorme variedad, te despabila, es sabroso, incluso podría decirse que es fresa. Pero amo tomar té.

Amargo como él solo. Te calienta en días fríos. Te refresca en los calurosos. Amo tomar té.

Esperar a que el agua hierva. Esperar a que se haga la infusión. Esperar a que esté a una temperatura decente. Amo tomar té.

Y es gratis. No me he visto en la necesidad de comprar té. No me da sueño hasta después de un rato. E incluso pienso al despertar “hoy tomaré té”. Nunca he tomado mucho té, hasta ahora. Y amo tomar té.

Odio comer avena.
Amo tomar té.
Pero, mañana desayunaré avena.
Y tomaré una taza de té.
Porque es el mejor desayuno.
Avena y té.
Los polos opuestos en la misma mesa.
Un balance perfecto.
Necesidad y placer.
Del pueblo y de la realeza.
Porque es mejor que nada y porque es mejor que todo.

Y, no es que no pueda desayunar otra cosa…
No es que sólo beba eso…
Simplemente lo hago porque quiero…

Porque…
No odio tanto la avena…
No amo tanto el té…
Sólo lo hago porque quiero…

Porque nunca he comido tanta avena…
Porque nunca he tomado tanto té…
Porque no quiero desayunar cereal, o huevos, o pan con mantequilla, o un sándwich, o…

Quiero desayunar avena… quiero tomar té…

No es lo económico…
No es la calidad…
No es el sabor…

Sólo es el deseo de romper con mi tan acostumbrada realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cuando lo que se expresa es odio, no hay libertad...

Template by:
Free Blog Templates