¿Qué hay más puro que aquello que sólo sucede, que sólo
pasa, sin plan ni previsión? Aquello que fluye, que vuela, que es sin más razón
o motivo que ser.
Pequeños milagros diarios, coincidencias y detalles que
alumbran los días y que pocas veces notamos. Diminutos baches y tropiezos en
nuestra agenda cotidiana.
¿Qué hay más bello que la pureza, la simpleza, lo delicado y
lo pequeño…?
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Cuando lo que se expresa es odio, no hay libertad...