Este texto es quizá una continuación o una reedición, más abstracta, del texto de “¿Quién eres?”. Recomiendo no leerlo en un sentido académico, sino leerlo en un sentido performatico, porque así es como lo escribí, más por impulso que por reflexión, en un intento de volver tangible lo inefable.
Lo que es está en el plano de lo ℝeal, así como la ℝ matemática, es lo ontológico. Lo abstracto, lo inaccesible al lenguaje y la razón al ser del sér, así con acento para mayor énfasis. Se experimenta como experiencia pura, dado que una vez que se verbaliza o simboliza, deja de estar en el plano de lo ℝeal, ya que ha pasado a lo conceptual, a lo categorizado, intelectualizado, abstraído, para hacerlo manejable y tangible. Lo ℝeal es el ser en sí mismo, tal vez similar al ello freudiano (aunque seguro la metáfora es incorrecta), la potencia, la intención, lo que és.
Lo que está en el plano de lo real, así con itálicas, es lo conceptualizado, lo categorizado. Lo que decimos que es desde el lenguaje y la razón. El deber ser, se transmite y experimenta en el discurso, de manera racional, para hacerlo manejable, tangible, aprehensible, útil para la experiencia cotidiana. Construido a partir de lo ℝeal, lo real es esa ilusión creada por nuestra capacidad de abstraer los patrones y construir significado. Son las reglas de comportamiento, lo que se dice que es o debe ser, tal vez similar al superyó freudiano (aunque seguro la metáfora es incorrecta), el orden que estructura lo ℝeal que es caótico e inaccesible. Lo real es esta alucinación colectiva, emergente de la fisiología, que nos permite interactuar con lo ℝeal.
Lo real está siendo constantemente, es construido a partir de nuestros esquemas, categorías, experiencias, reglas impuestas, lo que nos dicen desde afuera. Pero sólo es una representación de lo ℝeal, lo que ahí estaba antes de nosotros y estará después de nosotros. La única manera de acceder a lo ℝeal es a través de la trascendencia de la corporeidad, en tanto lo corpóreo necesita hacer real lo ℝeal para asegurar la supervivencia, para saber que es peligroso, que se come, cuando guarecerse y de lo que vale la pena reírnos. Lo ℝeal está desprovisto de sentido y significado, és y ya, mientras que lo real está siendo, en el presente solamente, porque lo construimos. Lo real existe en tanto nosotros existimos, comenzó a existir con nosotros y dejará de existir con nosotros para dejar sólo lo ℝeal. Si acaso, lo real es una manera (en tanto no puedo asegurar que es la manera), bastante efectiva, aunque insuficiente, que ha encontrado lo ℝeal de saberse y experimentarse de manera corpórea, lo cual la limita.
La manera más rápida de probar la diferencia entre lo real y lo ℝeal es a través de los psicotrópicos, ya que sus efectos no dejan duda alguna sobre como lo real es una construcción hecha teniendo como sustrato lo ℝeal.
Ahora bien, finalmente nos queda hablar de lo ꓤeal, así con la ꓤ invertida, que es la nada. El problema, es que al escribir “la nada”, automáticamente deja de no-ser y pasa a sér y ser, gana cualidades, cuando la nada simplemente no tiene cualidades en tanto no-es, de ahí que mejor usar ꓤeal como una manera de evitar nombrarla, porque al hacerlo, se nos escapa de las manos, o más bien, se nos deja de escapar. Ahora bien, ¿Cómo "experimentar" lo ꓤeal? (nótese lo paradójico de la pregunta) Lo curioso, es que es bastante simple de hecho. Hay quienes dicen que es oscuridad o luz total, pero la oscuridad y la luz son reales en tanto las podemos verbalizar y describir y en el mejor de los casos son ℝeales en tanto se pueden experimentar, pero eso las hace y, por tanto, no son ꓤeales.
Entonces, ¿Cómo "experimentar" lo ꓤeal? Sigue siendo la pregunta y dije que era sencillo hacerlo y lo es. Es más, vamos a hacerlo, (¿Notas como acabo de convertir tu ℝealidad en realidad en tanto me estoy dirigiendo concretamente a ti?). Ve todo lo que te rodea. Al verlo, todo eso está en el plano de lo real, porque lo significas, lo entiendes, sabes que es, cómo se llama, sus cualidades, etc. Ahora, fijando la vista hacia el frente, intenta ver lo que está exactamente detrás de ti. Todo eso está en el plano de lo ℝeal y al mismo tiempo ꓤeal. Está en el plano de lo ℝeal, o eso supongo, en tanto no ha dejado de sér, con acento, y al mismo tiempo es ꓤeal porque no lo estás experimentando. Lo que no-ves detrás de ti no es oscuridad ni luz. No es comunicable, no es descriptible, si empiezas a describir lo ℝeal que suponemos que está ahí, automáticamente colapsa en lo real (en tanto lo conceptualizas) y abandona el plano de lo ꓤeal. Y ni siquiera puedes decir que lo experimentas, por que no hay algo que experimentar.
Cuando morimos, nuestra realidad desaparece, mientras que nuestra conciencia, ego, o como sea que se desee llamar a esa capacidad de generar realidad, pasa a ser ꓤeal. A ese plano detrás nuestro que no-vemos y no-experimentamos. Es entonces, y sólo entonces, que nos volvemos puramente ℝeales, en tanto ya no hay algo que interpreta y construye lo real, hemos llegado a la trascendencia absoluta, donde lo ℝeal y lo ꓤeal son indistinguibles en tanto no hay algo/alguien que distinga o experimente. El todo en el no-todo, el final al principio del camino, el origen en el destino.
También se puede intentar llegar a ese estado dual de ℝeal y ꓤeal a través de las experiencias místicas, sin embargo, la mayoría de las veces son solo aproximaciones ya que, de llegar a lo ꓤeal, el tiempo real desaparece y, por ende, no habría manera de retornar, de volver a ser, porque para ser se necesita del presente, del correr del tiempo. Por tanto, tocar lo ꓤeal es renunciar automáticamente a lo real y, de hecho, hay quien lo hace, sin embargo, es un viaje sin retorno.
Finalmente, recordemos que lo real es lo que nos mantiene vivos. Lo que nos permite comportarnos, coexistir, es la base de la moral, la ley, la ética. Nuestra capacidad de construir realidad es lo que nos ha permitido seguir siendo y estando. No nos podemos desprender de lo real porque hacerlo es la muerte literal y figurada. Sólo nos queda mantenernos conscientes de su cualidad fugaz e iℝℝeal, conscientes de que nada de lo real está dado o es natural. No confundamos el deber-ser o el digo-que-es, con el és. Ya llegará el día que, de manera ineludible, cada uno de nosotros nos hagamos ℝeales y, de paso, ꓤeales, no nos apresuremos.
Dedicado a A. Chirino. Por nuestras pláticas reales y lo que causan
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