Soy una estrella, una entre tantas,
una entre cientos, una entre millones.
Soy una estrella que brilla en el firmamento,
una más, alumbrando las tinieblas del cosmos.
Soy una estrella, igual que las demás,
irreconocible, indistinguible.
Una más, una entre tantas, una entre todas.
Cuando me apague, no haré falta,
aunque mi luz no sobra.
Soy una estrella y con el resto
formamos galaxias, constelaciones.
Soy una estrella, única entre las demás,
y aun así, solo una estrella,
una más, una entre tantas, una entre todas.
Me formé en la oscuridad,
y a la oscuridad he de regresar.
¿Qué dejaré atrás?
¿En qué me transformaré?
Soy una estrella, solo eso.
Una estrella.
Una entre millones, una entre las que brilla de grande manera. Que, a parte tiene un brillo muy especial.
ResponderEliminarEres una estrella que no solo tiene cinco puntas, tienes muchas porque vas a tantas direcciones que es difícil determinar si en verdad hay un número en específico, sin embargo, eres una estrella que tiene su quinta esencia más que definida y la ha tocado con todo su ser.
Cuando el polvo cósmico reclame esa parte infinita, no harás falta de manera física, porque muchas de las otras estrellas llevaran consigo esencia y una parte de ti.
Venimos de la oscuridad porque comenzamos a formarnos desde los átomos mas indivisibles hasta lograr ser una estrella que ha dejado su huella en otras y que le tienen un gran aprecio por la estrella que dio de ella para alumbrar el camino de otros.
Gracias por tus comentarios, anónimx.
EliminarDe la nada se formaron y a ella regresaran. Aunque en su momento sus órbitas se unieron de la casualidad aparentando alineación eterna, el brillo de la otra se mantiene aún en ausencia de ese momentáneo vínculo.
ResponderEliminarEl vínculo habrá sido momentáneo, pero el efecto en sus órbitas y trayectorias es permanente. Abrazos, anónimx.
EliminarAsí lo veo (Cuando lo que se expresa es odio, no hay libertad). Abrazos North.
ResponderEliminarAbrazos, anónimx.
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