Primero y luego y después y más tarde...

No les ha pasado alguna vez que planean algo y resulta que todo sale completamente distinto? Ya saben, una cita, un encuentro, un día libre, la visita a la casa de “X” o “Y”. Seguramente han pensado “Y entonces el dirá/hará esto, y yo entonces diré/haré aquello…” e incluso ya tienes todo un diálogo y una batería de respuestas para cualquier cosa que “X” pudiera decir o hacer.

También es clásico antes de salir de viaje, unos días antes de partir, se sientan a la mesa y discuten a donde ir y a donde no. “Primero iremos al museo de Juana Concha Roberta, luego hay que ir a la plaza de San Juan de los Aguacates. Para comer podemos ir al mercado de comida y luego por artesanías al mercado López Juárez. Ya después en la noche, podríamos ir al restaurante Café y Tacos a cenar, o claro, al mirador del cerro del Perro Muerto a ver la ciudad”. Les suena un poco familiar?

También está el otro caso de que planeas tu día casi con cronómetro para hacer todo lo que necesitas o quieres. “Primero tengo que ir a desayunar con los abuelos, luego al banco por dinero, después a comprar papel y colores, también a conseguir la comida del perro, ir por fruta al mercado y recoger los trajes de la tintorería. Luego también tengo que estar en el Vips a las 4 para comer con “X”, a las 6 la cita con el peluquero y a las 8 la película que debo ver para Lengua. A las 10 ir a cenar con la familia a ese nuevo restaurante y a las 11 la tarea, dormir a las 3 de la mañana y levantarme a las 6”. Que día.

En fin, hay miles de casos donde uno intenta planear todo un itinerario, pero la verdad es que rara vez ocurre. Siempre pasa algo o alguien que lo hecha todo abajo.

En el primer ejemplo: siempre y digo SIEMPRE se te va a olvidar lo que ibas a decir, o nunca pasa lo que querías que “X” dijera/hiciera o simplemente hace algo fuera de tu guión. En esos casos es frustrante, y te dan ganas de golpear al otro mientras le gritas “atente al libreto!!!!”. Y claro, también llega la novia o novio, el amigo molesto o el profesor o lo que sea y te interrumpe a la mitad.

En el segundo caso: o el museo no abre el domingo, o la plaza está llena de manifestantes, el mercado está sufriendo reparaciones, y los artesanos están en huelga. EL restaurante esta clausurado por violación a la ley de salubridad y el mirador lo cambiaron por un estacionamiento. También está la lluvia, el día festivo, el tráfico en la carretera, y demás factores que simplemente impiden la realización del plan.

Para el tercero: Los abuelos se explayan con sus memorias, se te olvida la tarjeta, no encuentras el papel, la tienda no surte esa comida, la fruta está fea y la tintorería no abrió ese día. Se te hizo tarde y llegas a las 4 20, sales de ahí a las 7, pierdes al cita con el peluquero, la función ya se te pasó y tu hermano se siente mal del estómago. Tienes más tarea de la que pensaste y te acuestas a las 4.

Al parecer hay días en los que el universo parece conspirar contra ti, no? Pues créanlo, el universo no conspira en tu contra, si no que no somos flexibles y no vemos las demás opciones o cosas buenas. Les pongo un cuarto ejemplo, y esta vez está basado en una historia real.

El domingo estuve planeando con Arantza el proyecto del mes, ir ella toda de negro con corbata blanca y yo todo de blanco con corbata negra. Mi plan era llegar, pasearnos por la prepa volteando cabezas, salir de la escuela tomarnos un chingo de fotos, ir a la orch., y presumir las fotos, llegar a la casa, meterlas a la compu, seleccionar las mejores y subirlas al blog. Sonaba bien, pero esto es lo que pasó.

Si, lo de la ropa se cumplió, hasta ahí todo bien, pero teníamos varias clases donde ella y yo no estábamos juntos, luego examen. Saliendo de el examen me fui con Claudia a comprar comida y Arantza se fue a no se donde. Así que el paseo por la prepa no se hizo. Después a la hora de la salida, Arantza se puso a practicar con Peter unas canciones y comenzó a llover, olvídense de las fotos. Yo me fui a la orch. y como iba todo de blanco, ya se imaginan: Lluvia + tierra = lodo. Así que toda mi ropa se comenzó a manchar. Tomé un taxi para llegar más seco, pero había un tráfico de los mil infiernos sobre Osa Menor, así que me fui caminando bajo la lluvia desde Cruz del Sur hasta el IDB. En la orch., pues no tenía fotos y para el blog menos. Que fiasco…

Pero veamos el lado bueno: tal vez no dimos un paseo por la prepa, pero aún así, la gente nos volteaba a ver por donde fuera que pasáramos. Luego, las fotos pues no se hicieron, pero pude tocar un poco el teclado acá bien pro. Luego, che lluvia que me ensució todo, pero que más da!!! Es genial mojarse bajo al lluvia, y el tráfico de Osa Menor, me dio más calle para empaparme. Y si, tal vez no presumí las fotos, pero [aaa que creído!!!] mucha gente me dijo que me veía genial, y como estaba mojado, se veía mejor [según].

En fin, así sucede siempre; uno planea las cosas y estas nunca salen como uno quiere, pero hay que ver el lado bueno siempre. Si no pudiste decirle lo que tenías que decirle, pues tal vez te enteraste de algo nuevo, o simplemente pasaste un buen rato con “X”. Y si el museo, o la plaza o lo que sea no están disponibles, aún hay mil lugares nuevos que conocer a cualquier lugar que vayas. También, tu itinerario cronometrado no salió como querías, pero bueno, es este caso, yo digo que es una tontería hacer eso desde un comienzo. Mejor planea unas pocas cosas para que si se te hace tarde para una, aún puedas salvar las otras.

Para concluir, déjense de horarios y guiones a cumplir al pie de la letra, o ser como el Conejo Blanco de Alicia, por que siempre habrá algo que los pueda derrumbar, así que si van vestidos de blanco y les llueve, no se encabronen con las nubes por la lluvia y el lodo, mejor empápense y disfruten el roce del agua contra su piel.