16/4/11

El Ladrón de Espejos.

Yo era como cualquier otro, una persona común, corriente, con mis excentricidades, y rarezas, pero normal después de todo. Y como todo el mundo, pensaba que me conocía a mi mismo hasta lo más hondo de mi ser. Pensaba que tenía una idea exacta y real de lo que yo era, pero fue entonces cuando me dieron un dibujo, una explicación y vanos detalles de lo que en verdad soy y de esos rincones ocultos de los que no se quiere hablar, pero es necesario darlos a conocer. Me abrieron las puertas a un mundo que no conocía, y no quería dejarlo como algo vano y pasajero, quería comprobarlo así que me miré y efectivamente, así era yo.

Pero no me bastaba con ver solo un ángulo de lo que yo era, quería verme reflejado, quería verme completo y experimentar conmigo mismo. Jugar y manipular mi yo, explorarlo hasta el último detalle, encontrar diferencias entre lo que creía y lo que en verdad era mí ser. Así pues, me dispuse a buscar superficies abrillantadas para poder verme.

Los objetos de metal, los pisos encerados, las ventanas y los charcos no me bastaban por que estas siempre me devolvían una imagen distorsionada de mi mismo. Era un Narciso, quería verme tal cual era, no una idea o un esbozo. Quería un espejo. Sí, un espejo! Que mejor medio para verme, que aquel que no ofrece resistencia alguna para devolver las imágenes! Su pulcritud y su inmaculada superficie eran perfectas para mi propósito. Pero usar un espejo, que locura, que descaro. Atreverme a tomar la fruta prohibida o robar el fuego a los Dioses era más sensato que atreverme a buscar un espejo.

Y se preguntarán, como es que yo conocía aquello que tanto anhelaba y que tan vetado está? Una noche, fugazmente me encontré con uno y me vi momentáneamente reflejado en el. Que belleza, que hermosura, tanta pureza en el reflejo que me proporcionaba. Pero las circunstancias hicieron que ese momento tan solo durara unos segundos. Si, ahora sabía que eran, sabía que existían, sabía como y donde conseguir uno, pero sería capaz de transgredir toda norma e ir por uno?

Si. Para desgracia mía como luego comprendería, si.

Mi deseo era tan grande, que me atreví a conseguir uno, violé las reglas e hice caso omiso de todo lo que me habían enseñado. Pero al fin tenía uno, al fin tenia ese tan deseado reflejo pulcro y real de lo que en verdad era mi yo y además podía explorarlo como se me diera la gana porque este no oponía ninguna resistencia a reflejar la realidad. Pero caí en sus garras. Me enamoré de mi reflejo y ya no me bastaba con solo uno. Quería más y más espejos, reflejos infinitos e infinitos ángulos. No me daba cuenta de que por más exacto que fuera el reflejo, seguía sin ser yo. Seguía sin conocerme. Reflexión de luz, un dibujo, una sombra, solo era eso y nada más.

Más la adicción es más fuerte que la razón, así que fui por otro. Y otro. Y otro más. Al final podía tener tantos como quisiera, ya que con el paso del tiempo fui perfeccionando mis tácticas para obtenerlos. Pero me dormí en mis laureles y comencé a descuidarme. Comencé a dejar huellas y pruebas de que era yo el que se estaba llevando esos objetos tan celosamente resguardados. Hasta que ocurrió lo inevitable. Me descubrieron. Y como el fuego sobre pólvora, todo el mundo se enteró del nombre de aquél que haciendo gala de tremenda osadía, tuvo la horrible idea de transgredir hasta la más mínima regla y robar no solo uno, si no varios espejos.

La sociedad me señaló, los Dioses me amenazaron con la muerte y yo huí despavorido a refugiarme y consolarme con mis preciados reflejos. Más quien lo diría, mi mancha era tan enorme, tan espantosa, tan despreciable, que los espejos se rompieron ante mi presencia, y los pedazos que quedaron en el suelo se ennegrecieron como carbones, como azabache.

No me quedó de otra que escapar. Escapar de las miradas acusadoras, escapar de mi sentencia de muerte, irme y ocultar mi identidad entre las sombras de una ciudad distante a la que me vio nacer, crecer y corromperme con mi reflejo. Mi vida cambió en un instante, y mi alma se hizo polvo, como cuando el viento barre un castillo de arena. Mis amigos, mi familia. Todo lo perdí en un instante. No porque me abandonaran, si no porque mi espíritu ya no era digno de ellos.

La culpa corroía mis venas, pensé en optar por la salida fácil, el suicidio. Varias veces tenté a la muerte con mi alma y tantas fallé, el poco sentido común que me quedaba me salvaba al último momento, antes que la soga se tensara alrededor de mi cuello. Busqué el perdón de quien fuera, contaba mi pecado esperando que alguien me absolviera, pero que podrían hacer ellos además de verme con desprecio?

Me convertí en un monstruo solitario, en un ente vagabundo buscando el perdón, la redención y recobrar mi pureza, pero no había nada que hacer. Ni siquiera podía perdonarme a mi mismo. Me odiaba con todo mi ser, esos recuerdos, que por un momento fueron satisfactorios me daban asco, cada vez que en un sueño se aparecía una de esas imágenes despertaba con lágrimas de rabia en los ojos.

Lo más horrendo y lo que nadie, ni siquiera yo mismo podré perdonarme jamás, es que aún a sabiendas del pecado que cometí y que cometo al redactar estas líneas, aún añoro ver mí ser dibujado en la plateada y pulcra superficie de un espejo.

1 comentario:

  1. Yuju! Primera en comentar. Adivina quién soy.

    Don: El estilo que utilizas en tu redacción es parecido al mío, eso me agrada mucho. El texto es fácil de leer y no es tedioso, me gusta que resaltes los sentimientos ya que eso es lo que humaniza a tus personajes, aunque en este caso sea un mapache, da emoción y logra persuadir, a pesar de que resulta difícil lograr esto. Sólo faltaría que describieras el entorno, la forma del paisaje, a tus personajes. Así propiciarás que trabaje mucho más la imaginación.

    En cuanto a la estructura, todavía te falta. Debes tener cuidado con los signos de puntuación, con las comas; ya que hay oraciones con diferentes ideas que deben separarse pero las unes con comas. No te preocupes, esto es algo que cuesta aprender, no eres el único que falla, yo también he tropezado con esto.

    Para la gramática...Muchos errores ortográficos, ten cuidado con los acentos, ok.

    Me gustó el capi, recalco que los sentimientos atraen el interés y dan un fondo. Todavía no entiendo el significado que le das al espejo, pienso que simbolizas la soberbia, pero no estoy segura. De todas formas, ya hablaremos de eso con más profundidad mañana o un día de estos. No se lo digas a Soren, porque se puede enojar; bueno, sí quieres díselo, ya ni pex, pero me gusta más la manera cómo te expresas, a lo mejor porque es parecida a la mía, no sé, pero me gusta.

    Está muy bien este capítulo para ser el primero, (o el primero que leo) Y te felicito por aprovechar tu tiempo en algo tan valiosísimo como lo es la literatura, sigue así y jamás lo dejes de lado, ok, chavo. Recuerda que los grandes escritores no se hacen de la noche a la mañana, sino que practican mucho, pero sobre todo, LEEN. Así que has lo mismo, confío en que puedes llegar a ser un buen escritor porque la capacidad la tienes. Y creo que este comentario está haciéndose cada vez más grande...
    Saludos.
    Gertrudis

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Cuando lo que se expresa es odio, no hay libertad...

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