Los amantes.

-Estoy enamorada de ti…

-Yo también.

-Entonces, podemos ser algo más?

-No.

-Pero…

-Te dije que estaba enamorado de ti, no que me atrajeras.

-No te entiendo.

-Si, estar enamorado de alguien es realmente, si nos vamos al origen de la palabra, sentir amor por una persona, y que es el amor si no cariño y aprecio. Felicidad al verla o verlo pasar a lo lejos, al decirle “buenos días”, al platicar con esa persona, al reírse de cualquier cosa, al cruzar las miradas. Eso es amor. Sentir calor en el corazón y en el alma cuando están juntos. Eso es amor. Es desearle lo mejor, es tenerla o tenerlo siempre presente. Es acordarse de su cumpleaños y regalarle algo salido del corazón y no de una tienda. Eso es estar enamorado. Saber que esa persona siempre estará para ti, en todo momento, a toda hora, en todo lugar, en las buenas y en las malas. Eso es sentir amor por alguien. Confiar, perdonar, enojarse y luego reírse de eso. Eso es el amor. El verdadero amor no tiene ataduras, solo la del mismo amor y afecto que tienes por aquella persona. Sentir amor es siempre saludarse cuando se ven, aún estando en la calle o fuera del ambiente cotidiano donde conviven. Todo lo demás es atracción, todo lo demás es deseo. Así pues, yo te amo, yo también te amo. Te amo con todo mi corazón y con toda mi alma. Te tengo presente, me hace feliz estar contigo, me calienta el espíritu nuestras pláticas, nuestras risas. Si, yo también te amo. Me preocupo cuando viajas, cuando no te veo en todo el día, cuando estás enferma. Porque estoy enamorado de ti, porque disfruto cada instante contigo, con tu compañía, con tus palabras, con tu mirada. Pero no te deseo, no deseo atarte ni que me ates. Te amo con un amor libre como un ave, con un amor puro y simple, con un amor que puede desplegar sus alas y surcar los cielos. No con un amor domesticado, encerrado en el “compromiso”. Así es como te amo. Así es como estoy enamorado de ti. Así es como profeso mi amor por ti. Ahora me entiendes?

-Ahora te entiendo.

-Te amo.

-Y yo a ti.