5/10/11

Hablemos de escribir.

Veo que no he escrito nada filosófico en un tiempo, y eso me indica que no he encontrado ningún buen tema para debatir. No digo que no haya temas interesantes, solo que siento que no los puedo desarrollar como me gustaría. Acaso me estoy quedando sin ese toque mío de poder filosofar sobre casi cualquier cosa? No, no es eso, es que hay cosas que es mejor platicadas que escritas, como que al escribir las cosas se pueden interpretar de distintas maneras. Cada quien entiende lo que quiere entender o lo que tanto la forma en que está escrito, las palabras y los signos de puntuación nos sugieren.

El habla siempre será más poderosa que la escritura, tal vez más efímera, pero deja más claro las cosas. Por ejemplo, si yo escribo: “La vi y mi corazón comenzó a latir más fuerte”, muchas personas pensarán que estoy enamorado de “ella”, pero ahora lean la frase con un tono de misterio. Eso ahora sonará como que “ella” me daba miedo. Incluso podría ser una camioneta que se acerca a toda velocidad hacia mí y yo no me puedo mover, que se yo. Por eso el habla es más fuerte que la escritura, la entonación que damos nos da a entender mejor las cosas, además que si alguien no entiende puede preguntar y aclarar su duda, y no quedarse confundido sobre algo escrito.

Insisto, si escribo “Y entonces, a manos de su amado, murió apuñalada. Todo por la furia de haberla visto haciendo aquello.” Así escrito cada quien puede interpretar que es “aquello”, en cambio si estuviese hablando, probablemente me pedirían una explicación y yo les diría “Es que el amado la descubrió leyendo la Biblia y el era un musulmán extremista.” A que esa explicación no se les había ocurrido?

Pero lo bueno de la escritura es que perdura, lo que yo diga se irá flotando en el viento hasta que desaparezca, en cambio, si escribo algo, hay pruebas tangibles de eso que plasmé y que pueden perdurar por años o siglos. Además, volviendo a las interpretaciones, cada quien le puede dar el sentido que quiera a lo que lee, así pues, escribiré un párrafo de lo que se me venga a la mente y después daré una explicación acerca de el y verán si pensaron en lo mismo que yo o no.

“… ese sonido desgarrador sobrepasó el bullicio de la calle y todo se congeló alrededor de esa escena sobrecogedora. Verlo bajo las ruedas de aquel coche hizo que a todos los transeúntes se nos helara la sangre, y lo peor es que el golpe no lo mató, seguía sufriendo. Pobre criaturita, llorando desconsolada por el dolor que le causaban las quemaduras producto del calor del motor sobre su pequeño cuerpo! Fue cuando una señora se acercó llena de furia y adrenalina y empujó el coche para sacarlo para así evitar que sufriera más. Sobre el pavimento había marcas, no podíamos distinguir si era sangre, orina u otra cosa. El auto avanzó lentamente y todos nosotros lo seguimos con la mirada, unos con obvia rabia, otros solo con miradas incriminatorias. Así se alejó por la calle, marcándonos a fuego en la mente esa escena tan cruda. No supimos si la víctima se salvó o murió, solo sabemos que es algo que difícilmente olvidará…”

Pues, no se en que pensaron, pero yo relaté, tomando algunas cosas de mi imaginación, una experiencia con varios amigos: vimos como un taxista atropellaba a un perro, y como su dueña lo intentó salvar.

Así es esto de escribir, uno quiere plasmar algo que su alma le pide a gritos que lo exteriorice, mas es probable que nunca se dé a entender completamente, ya que cada quien le da un sentido diferente.

También está el asunto de los personajes y situaciones que aparecen en los escritos. Aún cuando yo sea el creador de aquello, muchas cosas no las puedo definir, porque sería interminable describir cada mínimo detalle de todo lo que sucede, incluso hablado es imposible, pero se puede preguntar y tener una idea mejor de lo que pasaba. Otro párrafo para que dejen volar su imaginación.

“…Di la vuelta en la esquina y me encaminé por la calle hasta su casa. Toqué el timbre y una señora salió a recibirme, supongo era su abuela porque su madre me conoce. Me preguntó que era lo que se me ofrecía y le dije que quería ver a Roberto, que me había enterado que ya había vuelto a casa y de verdad quería platicar con el como en los viejos tiempos. Ella me comentó que el había salido a comprar unas cosas y volvería en cualquier momento. Me invitó a pasar y una vez adentro me senté en uno de los sillones de la sala a esperar a que mi viejo amigo cruzara la puerta…”

Cada quien se imaginó como iba vestida la persona que fue a casa de Roberto, incluso se imaginaron si era hombre o mujer. También se imaginaron como era la calle, la casa por fuera, y la abuela. A que altura de la calle estaba la casa, y como era su interior, la sala y el sillón. A donde había ido Roberto y porque había tardado tanto en regresar a casa y que había ido a comprar. Yo me imagine mis propias cosas y ustedes las suyas. Yo pensé en un sillón de tres plazas cubierto con imitación cuero, no se que pensaron ustedes, lectores.

Me pregunto, como será Roberto para cada uno de ustedes, me pregunto como será la casa que pensaron. Grande? Chica? Azul? Con árboles enfrente? Como sonaba el timbre? Para mí siempre será un completo misterio. Y eso hace que mis personajes y mis situaciones, una vez plasmadas en papel, ya no sean mías, porque una vez leídas, pasan a ser del que leyó.

En fin, el habla es más poderosa, es más fácil dar a entender las cosas y si no, se pueden explicar, pero lo bello de la escritura es que hacemos nuestras las historias y las adornamos como nuestra mente se le dé la gana. La más maravillosa historia no existe hasta ser leída e imaginada.

1 comentario:



  1. Y aún con el habla, éstas distintas formas de interpretar de cada quién nos llevan a que una historia o Historia se empiece a entender mal... Y lleve a la creación de mitos

    Por ejemplo, "400 muchachos" para los mayas sería lo mismo que si nosotros dijéramos "cientos de muchachos"; significa "muchos", no un número literal...

    Me pregunto si llegará un momento en el que nuestros descendientes crean erróneamente que en nuestra época la zoofilia era algo común porque "fornicaban con las zorras"...

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Cuando lo que se expresa es odio, no hay libertad...

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